Estas líneas están escritas para todas las personas que sienten que su vida está jugando con ellos: Personas que sienten que las cosas que quieren están justo fuera de su alcance, o que están atrapados en un trabajo o en una relación, o que nunca van a llegar a ser lo que quieren ser, o que las personas más importantes de su vida hacen cosas solo por lastimarlos o molestarlos, o… personas que sienten que es injusto lo que les está pasando, que sencillamente su vida juega con ellas. ¿Alguna vez te has dado cuenta que estás en una conversación interna que da vueltas una y vueltas otra vez sobre los mismos puntos? Quizás te ha pasado con alguna decepción amorosa, o ante una situación muy dura en tu vida, quizás con tu familia, son momentos en los que vuelves a visitar las hechos, analizando lo que dijiste, lo que dijeron, lo que pasó, lo que debiste haber hecho y lo que harías hoy si volviera a pasar, aunque sabes exactamente por qué no te volvería a pasar lo que pasó, porque si analizas lo que pasó… ¿Estás viviendo la vida que quieres vivir? Hay cosas que te dicen que no lo estás haciendo, quizás son el trabajo que tienes, quizás es que no están aumentando el salario a personas ahora por la situación del país o quizás no hay oportunidades porque las ventas no están buenas, o quizás es que es lógico que van a darle el puesto de director a alguien con mejores resultados que los tuyos, o quizás es que el talento que tienes no lo cultivaron tus padres cuando eras joven, o que la universidad a la que fuiste no era la mejor. Quizás es que las donas de la esquina son increíbles o el gimnasio queda muy lejos. Quizás es que quien te gusta le gustan personas más altas. Quizás es que siendo una persona increíble no tienes acceso a personas con las que valga la pena pasar tiempo. Quizás solo es que no has viajado tanto. Quizás no tienes el talento para llegar a ser famoso. Quizás es que las condiciones en las que vives no te permiten alcanzar tu potencial real. Quizás es que no es momento de emprender con la situación de esta ciudad. Quizás es que ya estas muy grande aprender ballet… ¿quien puede bailar ballet a esta edad? o... Quizás es que eres experto en encontrar la excusa perfecta. Si te parece que estás todo el tiempo en un diálogo interno que te recuerda que aún no tienes lo que quieres en tu vida, que te explica porque estás atrapado donde estás y entiendes por qué no puedes cambiar tu situación, es normal. Todos los días participas en dos tipos de conversaciones: Las conversaciones con los demás y las conversaciones contigo mismo. Puede que creas que eres una persona que no habla con sí misma, pero todo el mundo lo hace, no quiere decir que estés perdiendo la cordura, o quizás quiere decir que todos la hemos perdido un poco, pero es normal. Con normal hago referencia a común. No hay nada extraordinario en hacerlo, ni en cómo lo haces, ni en tu situación. Sin importar qué nivel económico tengas, en qué industria estés, en qué estado de tu nivel de carrera te encuentres, tu edad, tu raza o tu credo, es común que estos diálogos internos se presenten. Esto resulta en un cerebro preparado para juzgar nuestro mundo de forma dura y entrenado para contarnos todo lo malo que pasó, todo lo malo nos está pasando y todo lo malo que va a pasar. Nos deja con un sistema interno que nos ha cuidado pero puede ser incómoda en algunas ocasiones. No deja con un GPS con una voz que nos puede lastimar. Una herramienta que habla para advertirnos, para corregir nuestro curso, con el fin de salvarnos de los peligros que ve en el mundo. Esa voz en tu cabeza evolucionó para cuidarte y ayudarte a sobrevivir. Eso quiere decir que la voz en nuestras cabezas es una herramienta para nuestra vida. En realidad, no somos la voz interior. No somos la voz en nuestra mente. La realidad es que no eres la voz en tu cabeza y si quieres saber más, es el momento de que conozcas a tu dragón y despiertes tu instinto para vivir.